La producción de flujo o exudado vaginal depende de la secreción hormonal estrogénica y, por lo tanto, es mayor durante la edad fértil de las mujeres. En esta etapa de la vida, de forma cíclica el ovario en cada ciclo menstrual generará hormonas esteroideas, al inicio se liberan estrógenos y posteriormente progesterona tras la ovulación. Dichas hormonas actuarán sobre el epitelio vaginal aumentando su trofismo y grosor y generando ese exudado vaginal y cervical que podrá variar en aspecto y cantidad en función del momento del ciclo.
Al finalizar la menstruación los niveles de estrógenos son bajos por lo que el moco cervical y la secreción del epitelio vaginal será escasa y apenas tendremos flujo.
Existen diferentes tipos de anticonceptivos, que pueden combinar estrógenos y gestágenos o sólo gestágenos, y existen distintas maneras de administrarlos (oral, vaginal, transdérmico…). La acción principal de todos ellos será inhibir la ovulación y el ciclo ovárico, pero nos aportan de forma mantenida cierto nivel de hormonas en sangre por lo que el patrón del flujo vaginal será variable en cantidad y aspecto dependiendo de la paciente y el tipo de anticonceptivo que esté usando.
El síntoma más reportado por las usuarias de anticonceptivos orales es la disminución de su secreción vaginal, presentando un flujo más espeso y opaco, puesto que inhiben el pico ovulatorio.
No obstante, otros métodos como el anillo vaginal pueden generar aumento de flujo en sus usuarias. Estos cambios en el flujo vaginal son normales y no deben ser motivo de preocupación a no ser que vengan acompañados de picor, irritabilidad, calor, rubor y mal olor. Si aparecen síntomas de este tipo seria oportuno consultar a su médico para valoración y tratamiento según el caso.
