Mastitis y lactancia

Por (embrióloga).
Actualizado el 26/05/2016

La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria que puede o no acompañarse de infección. Normalmente se asocia con la lactancia, de hecho, se produce en un 10% de las mujeres lactantes y por ello también se denomina mastitis lactacional o puerperal.

Existe también la mastitis no-puerperal que aparece por otras razones no relacionadas con la gestación o la lactancia, pero son menos comunes.

A continuación tienes un índice con los 5 puntos que vamos a tratar en este artículo.

¿Cuándo aparece?

Debido a la inflamación del pecho, se puede producir pus en la mama generándose lo que se denomina absceso mamario. Se ha visto que esto puede estar desencadenado por el vaciamiento ineficaz de la leche debido a una mala técnica de lactancia.

Aunque suele ser más frecuente en la segunda y tercera semana postparto, puede ocurrir en cualquier momento de la lactancia.

Causas

La causa primaria de la mastitis puerperal es la estasis u obstrucción de la leche, la cual puede venir o no acompañada de infección, generalmente bacteriana.

Esta obstrucción se produce cuando la leche no se extrae del pecho eficazmente, lo cual puede ocurrir por: la conocida como ingurgitación o congestión mamaria.

  • La congestión mamaria sucede cuando el pecho está repleto tanto de leche como de líquido tisular. El drenaje venoso y linfático está obstruido, el flujo de leche obstaculizado y la presión en los conductos lácteos y en los alvéolos aumenta. Los pechos se ponen hinchados y edematosos. Esto produce la acumulación excesiva de leche en las mamas, por lo que la leche queda retenida dentro del pecho y fluye con muchísima dificultad.

    Se ha observado que cuando se establece un horario para las tomas de leche del bebé, la ingurgitación seguida de mastitis es más común. En muchas mujeres, se ha visto que si pierden una toma o incrementan el tiempo entre toma y toma, puede aparecer esta inflamación.

  • El agarre al pecho se debe tener en cuenta porque es uno de los principales factores que predispone a la mastitis.

    Si el bebé no se agarra bien al pecho, la leche no se extrae adecuadamente. El mal agarre puede provocar también la aparición de grietas o fisuras en el pezón. Debido al dolor que estas provocan, muchas mujeres tienden a evitar la alimentación en ese pecho lo que puede conducir a la mastitis.

  • La existencia de un lado preferido: en algunas ocasiones la madre encuentra más fácil ponerse al niño en un lado que en otro, de forma que en el lado en el que se alimenta con menor frecuencia puede aparecer mastitis. Algunos estudios han relacionado este hecho con la lateralidad de la madre, es decir, si la madre es diestra o zurda.
  • Succión de pecho ineficaz: impiden al bebé recibir la cantidad de leche necesaria y llevan a la disminución de la cantidad producida.

Síntomas

El aumento en la producción de prolactina durante el embarazo puede ser responsable de la inflamación mamaria. Los síntomas principales que hacen sospechar la mastitis son:

  • Fiebre
  • Malestar y dolor general
  • Endurecimiento y enrojecimiento de la zona del pecho
  • Inflamación de uno o ambos pechos. Es más común la mastitis unilateral.
  • Aparición de grietas en el pezón debido al drenaje inadecuado

Factores de riesgo y prevención de la mastitis

Se ha visto que hay varios factores de riesgo que pueden conducir a la mastitis. Entre ellos están:

  • Edad: algunos estudios señalan que las mujeres de 21 a 35 años son más propensas a desarrollar mastitis que las menores de 21 y mayores de 35 años.
  • Mastitis previa: hay pruebas que indican que un primer episodio de mastitis predispone a la recurrencia.
  • Nutrición: se ha visto que los antioxidantes como la vitamina E, vitamina A y el Selenio, pueden reducir el riesgo de inflamación mamaria.
  • Estrés y fatiga, trabajo fuera de casa y traumatismos, entre otros.

Por lo tanto, la mastitis y el absceso mamario pueden prevenirse en gran parte, si la lactancia materna se guía adecuadamente desde el principio. Con ello, se pretende evitar situaciones que produzcan estasis de la leche y tratar de forma eficaz los síntomas precoces como la ingurgitación, el conducto bloqueado y el dolor de los pezones.

Generalmente no se recomienda dejar la lactancia por la aparición de la mastitis, pues el drenado de la leche puede ayudar a reducir los síntomas y evitar la formación de abcesos.

Si recibe orientación adecuada y apoyo clínico y emocional, debería recuperarse completamente y no experimentar problemas con subsiguientes lactancias. Si por el contrario recibe escasa orientación y apoyo puede que nunca vuelva a tener la capacidad de amamantar.

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Autor

 Neus Ferrando
Neus Ferrando
Embrióloga
Licenciada en Biología por la Universidad de Valencia (UV). Postgrado en Biotecnología de la Reproducción Humana Asistida por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UHM) con experiencia como responsable de laboratorio de Embriología y Andrología en el Centro Médico Manzanera. Más sobre Neus Ferrando

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