Cuando una pareja tiene problemas de fertilidad, es habitual cierto aislamiento. Este se produce porque la pareja no se siente cómoda en reuniones sociales con familiares o amigos que tienen hijos o que están esperando un bebé. Además, evitar este tipo de reuniones es también una manera de evitar preguntas y opiniones incómodas.
Sin embargo, la pareja también se aísla por otros motivos. La desgana y la falta de ánimo, la intención de ahorrar para poder costear el tratamiento de fertilidad y ocupar las vacaciones con visitas a la clínica también contribuyen a que la pareja deje de hacer aficiones y actividades juntos.
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Por Silvia Azaña Gutiérrez (embrióloga).
Última actualización: 13/03/2023