Cuando un bebé nace, es normal que no pueda ver bien. Necesita un periodo de adaptación a la luz. A medida que vayan pasando los meses de vida, el bebé irá desarrollando su sentido de la vista hasta llegar a ser completamente igual a la de un adulto.
Los bebés de 2-4 meses son capaces de distinguir patrones de colores, especialmente el blanco y el negro. Con el paso del tiempo, los bebés irán incorporando nuevos colores como el rojo o el verde. Además, a esta edad, los bebés pueden seguir con su mirada aquellos objetos que se encuentran en movimiento.
Cuando se ha alcanzado 5-8 meses, el bebé desarrolla su precepción de profundidad y es capaz de ver objetos en tres dimensiones. Una vez que el bebé tiene prácticamente un año, ya será capaz de medir correctamente distancias diferenciando así entre lejos y cerca.