Cambios notables en la cantidad de flujo vaginal, así como en su consistencia, color u olor pueden ser indicativos de una infección. Esta puede tratarse de una vaginosis bacteriana, de una candidiasis vaginal o, incluso, de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) como la clamidia o la gonorrea.
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Por Dra. Rocío Rodríguez Martín (ginecóloga) y Silvia Azaña Gutiérrez (embrióloga).
Última actualización: 06/04/2022
