Muchas parejas con problemas para concebir descubren que son portadores de alguna alteración genética que les impide conseguir el embarazo, aunque ésta no tenga una mayor repercusión en su estado de salud.
Por ello, es habitual incluir pruebas genéticas durante el estudio de esterilidad en la pareja como, por ejemplo, el cariotipo y el FISH de espermatozoides.
Además, aun estando ambos gametos bien, pueden surgir alteraciones genéticas en el embrión después de su fecundación, por lo que también puede estar indicado un diagnóstico genético preimplantacional (DGP).
Puedes leer el artículo completo en: Esterilidad de origen genético: causas, diagnóstico y tratamiento ( 326).
Por Dra. Concha Leal Cariñena (ginecóloga), Marta Barranquero Gómez (embrióloga) y Zaira Salvador (embrióloga).
Última actualización: 24/12/2018