Se debe individualizar cada caso en función del tipo de cáncer, del tratamiento que se ha indicado y del tiempo disponible. Por ejemplo, en el cáncer de mama, suele haber un intervalo de tiempo de entre 4 y 6 semanas entre la cirugía y el inicio de la quimioterapia. Este lapso de tiempo será perfecto para poder completar un ciclo de estimulación ovárica, e incluso será posible hacer dos estimulaciones para aumentar el número de ovocitos a vitrificar.
Sin embargo, hay veces que es necesario iniciar el tratamiento de forma urgente y no es posible esperar a la menstruación para iniciar la estimulación. En estos casos se puede valorar un inicio de la estimulación en fase lútea (tras la ovulación) e incluso se han descrito estimulaciones con inicio aleatorio (en cualquier momento del ciclo) con buenos resultados.
Si ni siquiera tenemos ese margen de 10-12 días para llevar a cabo la estimulación y obtención de ovocitos, existen otras opciones que de momento se enmarcan dentro de la investigación pero que ya han dado lugar a nacimientos. Estas serían la maduración in vitro de ovocitos o la congelación de tejido ovárico.
También podría presentarse una anovulación de causa hipotalámica o hipofisaria, como por ejemplo, el ejercicio físico intenso, el bajo peso, etcétera. Otras alteraciones hormonales como alteraciones en la hormona tiroidea (TSH) o la prolactina, pueden hacer que no se produzca la ovulación correctamente.
La edad avanzada, también seria una causa de que a pesar de que se tengan reglas, en muchos ciclos no se produzcan ovulaciones de forma regular.