La IA tiene la ventaja de ser una técnica de reproducción asistida de baja complejidad y precio. Además, el proceso de inseminación se realiza en la propia consulta, por lo que no requiere anestesia ni es doloroso.
Por otro lado, a diferencia de la fecundación in vitro (FIV), la cantidad de mediación hormonal que se debe administrar la paciente es mucho menor. Esto es debido a que solo se requiere uno o dos folículos para hacer una inseminación.