La punción ovárica es el procedimiento por el cual el ginecólogo aspira, vía transvaginal y guiado por ecografía, los folículos ováricos para obtener los ovocitos que contienen en su interior. Para ello, la mujer previamente se ha administrado un tratamiento hormonal para la estimulación ovárica, lo que permitirá el desarrollo de más folículos y, por tanto, obtener un mayor numero de ovocitos en la punción.
Esta pequeña intervención puede ser molesta para la mujer, incluso dolorosa, ya que supone la punción de la pared vaginal y de la cápsula ovárica. Por este motivo, la anestesia hace que el proceso sea más cómodo para la paciente. Además, incrementa la seguridad, ya que la inmovilidad facilita la labor del ginecólogo y evita posibles complicaciones.
