Mediante una biopsia endometrial es posible estudiar de manera más detalla el estado del endometrio y su receptividad.
Por una parte, el test ERA de receptividad endometrial permite estudiar los genes expresados por las células endometriales en un momento determinado del ciclo y así saber cuando es el momento idóneo para realizar una transferencia embrionaria. También la microscopía electrónica permite ver la aparición de unas prolongaciones en la superficie de las células endometriales llamadas pinópodos que se han relacionado con el mejor momento para implantar.
Por otra parte, los test EMMA y ALICE sirven para estudiar la microflora intrauterina y saber si existe una proporción adecuada de microorganismos o, en cambio, existe un perfil microbiano alterado. El test ALICE también sirve para diagnosticar la endometritis crónica.
Paralelamente, los especialistas en reproducción asistida, mediante el estudio ecográfico del útero y el endometrio, buscan criterios sonográficos y con doppler que orienten a una mayor o menor receptividad de útero.
Grosores de endometrio superiores a 8 mm, aparición de vasos intraendometriales el día de la transferencia de embriones y volúmenes endometriales mayores a 2,5 ml son los parámetros actuales publicados en la literatura que indican una buena receptividad uterina.
