Lo más habitual es realizar la prueba de cribado del estreptococo del grupo B (EGB) entre la semana 35 y 37 de gestación. Generalmente, esta prueba se realiza en la semana 36, ya que tiene una validez de 5 semanas y, si pasa más tiempo hasta el momento del parto, habría que repetirla.
La prueba del EGB se realiza en todos los embarazos, aunque se haya obtenido un resultado negativo en un embarazo previo. No obstante, si la mujer ha tenido infección por EGB durante el embarazo o un bebé anterior con infección por EGB, no se le realizará la prueba, puesto que recibirá de todos modos la profilaxis antibiótica.
Además, la prueba debe realizarse independientemente de que esté previsto que la mujer vaya a dar a luz por cesárea. El motivo es que si llega a romperse la bolsa amniótica, el bebé podría tener riesgo de infección por el EGB.