Después de una transferencia embrionaria, hay que esperar de 12 a 15 días para realizar la prueba de embarazo y que su resultado sea fiable. Este periodo es conocido como betaespera.
Una vez que se abandona la clínica tras la transferencia no es necesario mantener reposo, siempre y cuando el especialista no te haya indicado lo contrario.
La recomendación es tener vida normal, sin grandes esfuerzos físicos, estar relajada y no obsesionarse con el resultado.