Las embarazadas tienen 5 veces más riesgo de sufrir coágulos sanguíneos, ya que tienen mayor coagulación sanguínea para evitar un sangrado excesivo y la pérdida de sangre en el parto. Por otro lado, el flujo de sangre a las piernas se enlentece, debido a la presión del útero sobre los vasos sanguíneos de la zona pélvica.
Sin embargo, el riesgo aumentado de coágulos se mantiene hasta 3 meses tras el parto, por lo que la mujer deberá estar especialmente alerta a cualquier síntoma.
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Por Sarai Arrones (embrióloga).
Última actualización: 21/04/2023