El síndrome de Morris es una alteración genética ligada al cromosoma X que provoca un pseudohermafroditismo masculino, es decir, la persona tiene el genotipo de un hombre (XY), pero la apariencia externa es de mujer.
La causa de esto es una mutación recesiva del gen que codifica al receptor de andrógenos. Las personas con síndrome de Morris tienen un déficit de estos receptores y, por tanto, no pueden interaccionar con las hormonas sexuales masculinas para que lleven a cabo su función.
Los andrógenos, como la testosterona, son las hormonas masculinas producidas principalmente por los testículos y que estimulan el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos en la pubertad. Como las personas con síndrome de Morris son resistentes a los andrógenos, su desarrollo sexual es el característico al de las mujeres.