Un embarazo ectópico consiste en la implantación embrionaria extrauterina, es decir, en un lugar diferente al útero donde debería hacerlo de manera normal. Los embriones podrían implantar en la trompa de Falopio o en el ovario, por ejemplo, pero esta gestación no llegaría a término. El embrión no es capaz de crecer y desarrollarse fuera del útero.
Algunas de las posibles causas de un embarazo ectópico son el tabaquismo, los anticonceptivos y la enfermedad inflamatoria pélvica.
Entre las posibles causas que podrían ser la consecuencia de un embarazo ectópico también se encuentran las técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro, ya sea mediante FIV convencional o mediante ICSI. Sin embargo, una de las ventajas que podemos encontrar en estas técnicas es que proporcionan un rápido diagnóstico del embarazo ectópico, ya que la realización del análisis de la beta-hCG para confirmar si existe o no embarazo y la posterior ecografía transvaginal, nos aporta información del embarazo y si éste ha sido ectópico.
Sospecharemos que existe embarazo ectópico si nos encontramos con una hCG positiva y una ecografía donde no se observa ningún saco embrionario en el útero. Este resultado deberá ser confirmado mediante varios análisis posteriores.