Si el especialista considera que es adecuado que la mujer tome anticonceptivos antes del ciclo de FIV, lo habitual es que se comiencen a tomar al inicio de la regla (en los tres primeros días de menstruación), una vez que se ha realizado una ecografía.
La toma de anticonceptivos suele prolongarse unas dos semanas, pero esto puede variar según la situación particular. Una vez que haya transcurrido este periodo, se realizará una ecografía y/o analítica de hormonas para comprobar que los ovarios están en reposo. Si es así, la mujer abandonará la toma del anticonceptivo y, en unos 5 días (lo que se conoce como periodo de lavado) podrá comenzar con el tratamiento de estimulación ovárica.
No obstante, se debe atender siempre a la pauta que haya establecido el especialista.