Preguntas incómodas: qué responder

Por (terapeuta gestalt & master-trainer profesional de la programación neurolingüística (pnl)).
Actualizado el 25/02/2015

Cuando los hijos no llegan algunas preguntas que nos hacen amigos y familiar pueden resultarnos incomódas: “¿Para cuándo los niños?”, “¿Estáis bien asesorados en el tratamiento de reproducción asistida?”, “¿Has probado ya a relajarte?”. Este tipo de cuestiones despiertan emociones como irritación, tristeza o dolor según el momento concreto que estemos atravesando.

A continuación tienes un índice con los 3 puntos que vamos a tratar en este artículo.

¿Por qué nos incomodan las preguntas?

Hay dos partes implicadas: por un lado quien las hace no suele ser consciente de la dificultad ni de la frustración que supone la infertilidad. Las preguntas pueden también llevar un mensaje implícito para que hagamos algo más o diferente.

Por otra parte, la persona que las recibe normalmente no acepta la pregunta de antemano y suele responder de forma brusca o forzada; esto es debido a que suele pensar que hay algo que va “mal” en ella o que no está haciendo lo suficiente, con lo que añaden más peso a la sensación de culpa.

Cómo gestionarlas

En la Terapia Gestalt decimos “primero acepta lo que sientes”. Esto es imprescindible; si no lo aceptas lo que sientes, los demás tampoco lo harán o esa será la sensación que tu recibas. No te critiques por no saber qué decir o por sobre-reaccionar; estás atravesando una de las situaciones vitales más complicadas y no es fácil de afronta . Ayúdate y traza un plan para la próxima vez: puedes preparar de antemano la respuesta que quieras dar, escribirla para recordarla e incluso acordarla con tu pareja. Algunas ideas son:

  • Dar una respuesta explicativa-educativa. Muchas de las personas que preguntan no saben ni se imaginan lo que es pasar por un problema de infertilidad. Recordar esto puede ayudarte a regular los sentimientos intensos. Infórmales, por ejemplo, sobre el porcentaje de parejas que no pueden tener hijos, en qué consiste el proceso, todo lo que implica, el esfuerzo que se requiere y los sentimientos más comunes. Esto te permite distanciarte un poco de tu experiencia y a su vez le das al otro la oportunidad de reparar en lo delicado de su pregunta.
  • No responder. ¿Por qué no? Todos tenemos derecho a no contestar si no queremos. Una manera de hacerlo es cambiando de tema: “¿Y cómo va lo del hijo?” – “Pues mira, ahí vamos… ¿Y tú qué tal con el nuevo proyecto?”. Debes hacer esto con delicadeza, que se note que no quieres responder pero no de manera brusca por lo tanto el cambio de tema ha de ser radical pero no de forma exagerada.
  • Pedir a la otra persona que te explique primero lo que le pasa a ella. Una manera sería: “Ahora te respondo, antes tengo curiosidad, “¿Por qué me lo preguntas?”. Las preguntas suelen esconder una opinión o sentimiento que no se manifiesta abiertamente. Quizás no logres una respuesta personal o sincera, pero al menos invitas a la otra persona a mostrarse antes de hacerlo tú.

Puede que un día quieras y puedas contar abiertamente lo que te pasa. Mientras tanto respétate y protégete si lo necesitas. Nadie te obliga a abrirte completamente, es tu situación y tú decides sí te apetece contarlo y cómo hacerlo. No obstante, tratar el tema con naturalidad ayuda a afrontarlo.

Hacemos un gran esfuerzo para ofrecerte información de máxima calidad.

🙏 Por favor, comparte este artículo si te ha gustado. 💜💜 ¡Nos ayudas a seguir!

Autor

 Cristina Enjuto
Cristina Enjuto
Terapeuta Gestalt & Master-Trainer Profesional de la Programación Neurolingüística (PNL)
Terapeuta Gestalt y Máster en PNL por el Institut Integratiu de Barcelona. Sesiones individualizadas de terapia y crecimiento personal para mujeres y hombres. Formación como psicoterapeuta corporal y psicoterapia integrativa. Más sobre Cristina Enjuto

Todo sobre la reproducción asistida en nuestros canales.