La estenosis pilórica aparece como consecuencia del estrechamiento de una parte del estómago del bebé a causa del agrandamiento del músculo de alrededor. El piloro es un músculo situado en la salida del estómago.
En la actualidad, no se conoce con seguridad la causa de esta patología aunque varios estudios apuntan que puede tener algún tipo de factor genético ya que, se ha observado, que algunos niños son propensos a padecerlo cuando existen antecedentes en la familia.
A continuación tienes un índice con los 4 puntos que vamos a tratar en este artículo.
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Síntomas
La estenosis pilórica, también denominada estenosis pilórica hipertrófica, produce una serie de síntomas en el recién nacido, normalmente a partir de las tres semanas de vida, y puede alargarse hasta los 6 meses. Se trata de una complicación que, tras el tratamiento, tiene una recuperación inmediata, no obstante, es importante que no se alargue demasiado en el tiempo.
La estenosis pilórica produce en el bebé una serie de síntomas:
- Vómitos: el pequeño vomita tras cada toma de alimento. Suele vomitar bastante cantidad pero a continuación vuelve a sentir hambre.
- Baja notablemente de peso: como consecuencia de los vómitos el bebé experimenta una pérdida significativa de peso.
- Deshidratación: también como consecuencia de expulsar todo lo que come el bebé corre el riesgo de deshidratarse, de ahí, que sea importante ante cualquier tipo de sospecha acudir al especialista para que lleve a cabo el diagnóstico.
- Somnolencia: algunos bebés suelen mostrar menos actividad de lo habitual.
- Eructo.
- Dolor abdominal.
- Movimiento ondulatorio del abdomen.
- Tono de piel amarillento.
Diagnóstico
Ante estos casos es muy importante acudir al doctor. Para determinar que el recién nacido padece estenosis pilórica es necesario que el doctor lleve a cabo un estudio gastrointestinal al mismo. Para desarrollar este estudio es necesario realizar una ecografía abdominal y puede ser necesaria la llamada prueba del bario.
Esta prueba consiste en administrar bario (líquido de color blanquecino) que se distingue después en la radiografía. También puede ser necesario un análisis de sangre. El diagnóstico suele realizarse antes de los 6 meses de vida.
Tratamiento
Una vez detectada la patología es importante aplicar el tratamiento adecuado que facilitará la pronta recuperación del pequeño. El tratamiento suele consistir en cirugía llamada piloromiotomía que consiste en la separación de los músculos que se han desarrollado en exceso. Antes de la intervención se le suministrarán líquidos por vía intravenosa al bebé.
Como hemos comentado, la recuperación tiene lugar poco tiempo después de la operación y, casi inmediatamente, el bebé podrá ir ingiriendo alimento poco a poco hasta restaurar la normalidad.
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