Música para el bebé

Por (embrióloga).
Actualizado el 24/01/2012

Los bebés son muy receptivos al ruido y a las melodías ya que el sentido del oído es uno de los más desarrollados que el poseen al nacer.

A partir de los cinco o seis meses empieza a desarrollar la función auditiva. Según los estudios que realizó el Dr. Alfred Tomatis, especialista del oído, físico y psicólogo, el oído se desarrolla completamente a los cuatro meses y medio de gestación. Ya en el útero el bebé escucha el ritmo cardíaco, la respiración y la voz de su madre. Incluso si hay algún tipo de ruido violento, el bebé se puede exaltar al igual que lo haría su madre.

A continuación tienes un índice con los 4 puntos que vamos a tratar en este artículo.

El Dr. Tomatis creó el “método Tomatis”, una terapia musical para reeducar el oído con el objetivo de potenciar el aprendizaje y el desarrollo global.

Música durante el embarazo

En la embaraza, se utiliza la música clásica y la voz materna, para potenciar la comunicación única que existe entre el bebé y la madre. Se basa en escuchar unas 60 horas de música de Mozart y crear un CD durante el embarazo con canciones de cuna que la madre elige y canta para su bebé. Actualmente este método también se usa para problemas de aprendizaje, trastornos y deficiencias en los niños como el déficit de aprendizaje, autismo o dislexia.

Según estudios realizados por psicólogos ingleses, los bebés recuerdan las melodías que han escuchado cuando estaban dentro del vientre materno. De hecho, según explica la Dra. Alexandra Lamont, los bebés durante su primer año de vida pueden recordar y preferir aquella música que escucharon durante el embarazo.

¿Qué tipo de música poner?

En cuanto al tipo de música que se les debe poner a los bebés, el Dr. Martínez comenta que la música debe ser suave y sin grandes cambios de volumen ni de ritmos. La música clásica y en especial de piano sirve para relajarse, aunque también se puede escuchar música de sonidos naturales como animales, el mar o cantares de pájaros.

En relación a la música clásica, existe lo que se conoce como el “efecto Mozart”, acuñado también por el Dr. Tomatis, que hace relación a los efectos beneficiosos que producen las melodías del compositor en los bebés y en las personas adultas.

En EE.UU se realizaron varias investigaciones para comprobar que efectos tenía la música de Mozart frente a la de otros compositores, los resultados a priori mostraban que hacían a los bebés más inteligentes. De hecho, la música de otros compositores no aportaron los mismos resultados y todo podría deberse a las pulsaciones por minuto y las altas frecuencias de los instrumentos que poseen las melodías de este compositor.

Entre las obras del compositor la Sonata para Dos Pianos en Re Mayor (también conocida como K448) o los Conciertos para Violín 3 y 4, son las que más influencia pueden tener a nivel cognitivo.

Gordon Shaw, neurobiólogo de la Universidad Irvine en California, escribe que los niños que escuchan música clásica ejercitan neuronas corticales y fortalecen los circuitos que se usan para las matemáticas.

Beneficios de la música para los bebés

  • Favorece su potencialidad cognitiva, tanto en musicalidad como en creatividad.
  • Acerca y refuerza las relaciones afectivas entre los padres y el bebé. Sobretodo entre la madre y el bebé ya en el útero materno.
  • La música estimula la reestructuración y el desarrollo del cerebro del niño, estableciendo su red neuronal y favoreciendo la función cerebral.
  • Es importante para su desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, de habla y motriz.
  • Ayuda a potenciar la memoria del bebé, ya que a partir del tercer trimestre es capaz de recordar un sonido.
  • Estimula la frecuencia cardiaca en el feto y la producción de endorfinas en la madre. El bienestar que la madre siente al escuchar la música se trasmite al bebé.
  • Ayuda a que el bebé se relaje, disminuya el estrés y le permita conciliar el sueño con mayor rapidez.
  • Favorece la convivencia del niño con otros niños y ampliar sus relaciones. Las canciones infantiles que pueden aprender les enseñan a compartir experiencias y conocimientos con otros niños, al igual que aprender de pequeños el alfabeto e incluso otros idiomas.

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Autor

 Teresa Rubio Asensio
Teresa Rubio Asensio
Embrióloga
Máster Universitario en Medicina y Genética Reproductivas por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UHM). Profesora de cursos de Embriología Clínica en la UHM. Miembro y redactora de contenidos científicos en ASEBIR y ASPROIN. Embrióloga especialista en Medicina Reproductiva en UR Virgen de la Vega. Más sobre Teresa Rubio Asensio

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