Fármacos para la depresión y embarazo

Un estudio realizado en los países escandinavos ha detectado ciertos riesgos en el uso de fármacos para la depresión durante el embarazo. En concreto, son dos las marcas comerciales que se han asociado a este pequeño riesgo de defectos congénitos en los bebés, fluoxetina (Prozac) y paroxetina (Paxil).

¿Antidepresivos o depresión?

El autor del estudio, Heli Malm, del Servicio de Información Teratológica del Hospital de Distrito de Helsinki y Uusimaa, se ha apresurado a declarar que estos fármacos son seguros durante el embarazo pero, es cierto, que se ha detectado un mínimo riesgo que es necesario valorar y es imprescindible que sean administrados bajo supervisión médica.

Los estudios que se habían realizado hasta ahora lanzaban mensajes algo contradictorios al respecto. Uno de ellos, desarrollado en Dinamarca, detectó un elevado riesgo en caso de uso de Prozac, Zoloft y Celexa. Otro estudio realizado en EE.UU reveló problemas también en el uso de Wellbutrin.

Este último análisis al que hacemos referencia fue realizado por el equipo de Heli Malm. Como muestra se utilizan datos de 635.583 nacimientos ocurridos en la década entre el 1996 y el 2006. Las embarazadas medicadas con fluoxetina tuvieron una mayor incidencia de defectos septales ventriculares aislados en los bebés (105 pacientes de cada 10.000) y las embarazadas tratadas con paroxetina tuvieron bebés con un índice mayor de defectos del tracto de salida del ventrículo derecho (concretamente, 31 de cada 10.000 embarazadas). Se detecta también un pequeño incremento en el riesgo de defectos de tubo neural para usuarias de ISRS (22 casos de cada 10.000 embarazadas).

Por último y como curiosidad, parece haber cierta relación entre el consumo de antidepresivos durante el embarazo y el desarrollo de adicciones al alcohol en los hijos. Según afirma Malm, la única explicación a esta asociación puede radicar en el hecho de que las pacientes tratadas con antidepresivos sean también más propensas al consumo de alcohol como consecuencia de sus trastornos psiquiátricos.

Como conclusión y a la vista de que los riegos detectados son bajos, los autores del estudio recomiendan a las usuarias de estas medicaciones que consulten con su médico sobre cómo seguir con el tratamiento ya que un embarazo en una gestante deprimida y sin medicación puede comportar igualmente determinados riesgos sobre la salud materna y también sobre el feto.