La doctora Karin J. Middelburg analiza el desarrollo neurológico, resultado cognitivo y conductual, en niños nacidos con técnicas de reproducción asistida.
La doctora Karin J. Middelburg estudia el desarrollo neurológico, cognitivo y conductual de los niños nacidos con técnicas de reproducción asistida. En la ponencia que desarrolló en el IV Congeso Internacional de IVI en Valencia, Middelburg analizó la relación que existe entre la fecundación in vitro y la técnica ICSI con problemas como el retraso mental o la parálisis cerebral.
Los nacimientos de niños gracias a técnicas de reproducción asistida han aumentado en Europa entre un 1 y un 4% en los últimos tiempos. Estas cifras siguen creciendo, de ahí la importancia de ser estudiados.
En torno a este asunto se han realizado diversas investigaciones cuyos resultados según Middelburg son “esperanzadores” ya que, hasta el momento, no se ha asociado el retraso mental o la parálisis cerebral con la fecundación in vitro. No obstante, estás complicaciones sí están asociadas a otras complicaciones obstétricas como pueden ser el parto prematuro.
Se han realizado pocos estudios aunque, según la doctora, de alta calidad metodológica. Uno de estos análisis se realizó con niños por el modo de concepción que fueron divididos en varios grupos: nacidos por FIV o ICSI, nacidos de parejas subfértiles y los nacidos por ciclo natural. Según Middelburg es posible evaluar el sistema neurológico temprano de estos niños. Los resultados de la investigación advirtieron que la optimalidad neurológica era parecida en los tres grupos, aunque los niños del grupo subfértil mostraban una puntuación superior en cuanto a fluidez y optimalidad neurológica lo que a la larga puede conllevar un mejor rendimiento. En lo que respecta al funcionamiento cognitivo y conductual no se observaron diferencias.
A pesar de advertir que son necesarias nuevas investigaciones en relación a este tema, Middelburg advierte que, a día de hoy, no se puede demostrar el efecto de la hiperestimulación ovárica en ciclos FIV en niños de hasta dos años de edad y recalcó que se trata de una edad demasiado temprana para detectar otro tipo de patologías como la dislexia.
También se podrían asociar otros factores como puede ser, además de la hiperestimulación ovárica, las condiciones culturales, la crioconservación en comparación con otros embriones, los factores relacionados con la subfertilidad (que tienen más riesgo de complicaciones obstétricas) o los gemelos evanescentes.
Según Middelbur, a estas edades los niños son muy pequeños para extraer demasiadas conclusiones, además el tamaño de la muestra no es lo suficientemente importante. Serían necesarias nuevas investigaciones más allá de la edad preescolar.
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