Ha ocurrido en Alemania, en el hospital universitario de la ciudad de Leipzig. Jasleen es una niña que ha pesado 6,11 kilos y mide 57,5 centímetros. Uno de los hechos más impactantes es que el parto se produjo de forma natural un hecho insólito que provocará un gesto de dolor en todas aquellas mujeres que hayan tenido partos naturales.
"Mi estómago era mucho más grande esta vez, pero no tenía idea de que había algo tan gigante en mi interior", declaraba su madre. Se trata de su tercer hijo, ya tiene otros de 11 y dos años, respectivamente. Ambos pesaron una tercera parte de lo que hoy pesa Jasleen.
Su elevado peso se debe a la diabetes gestacional no diagnosticada que tenía la madre. Suele detectarse alrededor de la semana 28 de embarazo y afecta aproximadamente a un 4% de las embarazadas. Si se diagnostica durante la gestación debe controlarse porque existen graves riesgos para la madre y para el bebé. Entre los riesgos de una diabetes gestacional no controlada se encuentran: lesiones vasculares, problemas respiratorios en el bebé o incluso que el bebé puede ser demasiado grande, ya que le llega parte del exceso de azúcar que hay en sangre y puede ser peligroso para sus órganos. Además, en el futuro estos niños tienen más riesgo de convertirse en obesos y en adultos diabéticos.
A pesar de estas complicaciones, tanto la pequeña como la madre están bien.
De este modo, Jasleen ha batido el récord de ser el bebé más grande nacido en Alemania desde que se tienen registros. Pese a a sus dimensiones, esta niña no es la más grande nacida nunca, el récord mundial lo ostenta un niño que nació en Canadá en 1879. La canadiense Anna Bates, famosa por su gran estatura, dió a luz a un bebé con un peso de 10,8 kilos. Sin embargo, el bebé vivió sólo 11 horas.
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