Según un estudio publicado en Annals of Allergy, Asthma and Inmunology, los resfriados y las infecciones virales durante el embarazo aumentan el riesgo del bebé de tener asma.
El trabajo, llevado a cabo por expertos del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología (ACCAI por sus siglas en inglés) ha concluido que las infecciones y la exposición bacteriana de la madre afectan al medio ambiente del útero, lo cual eleva el riesgo del bebé de desarrollar asma y otras alergias durante la infancia.
Por otro lado, ya había algunas hipótesis que apuntaban que una exposición precoz a alérgenos como los ácaros del polvo o los pelos de las mascotas se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar alergias en la niñez.
Los investigadores estudiaron a 513 mujeres embarazadas en Alemania y sus 526 hijos. Completaron cuestionarios durante el embarazo, cuando los hijos tenían 3 y 12 meses de edad y cada año hasta que cumplieron los 5 años.
De todas las familias que participaron en el estudio, el 61% tenía un familiar asmático o con otras enfermedades como rinitis alérgica o dermatitis atópica.
El asma y la alergia pueden ser hereditarias
Si la madre y el padre son alérgicos, el niño tiene un 75% de probabilidades de serlo también. Si solo lo es uno de ellos o un pariente cercano, la probabilidad de tener algún tipo de alergia es del 30-40%. Si ninguno de los padres tiene alergias, la probabilidad es sólo del 10-15%.
Se sabe que la alergia y el asma pueden desarrollarse en el útero y que la genética juega un factor importante en las dos enfermedades.
Además, el presente estudio aclara cómo el medio ambiente de la madre durante el embarazo puede afectar al niño antes del nacimiento.
A la vista de estos resultados los expertos recomiendan una especial protección y tratamiento en caso de presentar algún tipo de alergia o infección durante el embarazo.
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