La primera demostración empírica de cómo la dieta en el embarazo puede condicionar los gustos de los bebés fue realizada en Francia en el año 2000 con un muestra de 24 recién nacidos.
Los resultados de esta demostración han dado la vuelta al mundo y han puesto de manifiesto hasta qué punto es importante comer variado durante el embarazo puesto que el agrado o desagrado más inmediato se transmite ya al feto en el útero materno y podemos aprovechar esta circunstancia para que los bebés aprecien y disfruten una dieta saludable.
Este experimento realizado por biólogos franceses utilizó el anís para comprobar la reacción de los bebés ante su olor. Las madres que habían probado el anís durante el embarazo tenían hijos que se sentían atraídos por el olor de éste. Sin embargo, aquellas embarazadas que jamás habían consumido anís resultaron tener hijos cuyo olor les desagradaba. La reacción de los bebés con tan solo 4 días de vida no dejaba lugar a dudas, su gesto, su llanto, sus aspavientos, etc. demuestran que tienen ya unos gustos muy bien definidos.
El bebé traga líquido amniótico
Existen también estudios que han demostrado que los bebés identifican los sabores de la dieta de su madre a través del líquido amniótico. Uno de ellos fue llevado a cabo en el 94 por Mennella Y Beauchamp mediante identificación olfativa de aceite de ajo que había sido ingerido por las madres durante el embarazo.
Se llegó a la conclusión de que los bebés beben el líquido amniótico y de ese modo identifican en el futuro el olor de esos alimentos. Un experimento semejante fue realizado años después con zumo de zanahoria, en este caso meses después de que la gestante hubiese tomado zumo de zanahoria, se complementaba la dieta del bebé con cereales con sabor a zanahoria y dicho sabor resultó ser claramente identificado por los bebés.
La alimentación en la lactancia materna
El tema de la lactancia es quizá ya más conocido, parece evidente pensar que los sabores de los que se “contagia” la leche materna y pasan al bebé van a ser sabores con los que se familiarice y en general disfrute. Los niños que se alimentan a base de leche materna van a hacerse partícipes de los gustos de su madre en cuanto a dieta se refiere y es más fácil que compartan con ella preferencias alimenticias en comparación con aquellos niños que se alimentan a base de fórmulas artificiales.
Parece evidente que las madres condicionan los gustos de sus hijos ya desde la barriga, tanto a través del líquido amniótico como en la leche materna, puesto que la dieta consumida durante el embarazo va a predisponer a nuestros hijos a que se sientan atraídos o rechacen determinados alimentos.
Está claro que debemos aprovechar esta circunstancia y procurar que las embarazadas y la madre lactante tengan una dieta rica y variada, con gran cantidad de frutas y verduras que predispongan a los futuros niños a su consumo. Además de los estudios a los que nos referimos anteriormente, existe uno en marcha en este momento que pretende averiguar el tiempo de exposición necesario para que el bebé llegue a identificar y apreciar una determinada sustancia. Llevará tiempo pero sus resultados serán muy interesantes.
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Me parece genial que nos ayuden con todas nuestras dudas por que a las primerizas todo nos asusta muchas gracias
Realmente interesante!
Es fascinante la conexión entre madres e hijos.
Gracias por el artículo!!! ;)